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21 de marzo de 2018

sobre sukhi - alfombras artesanales


nasia, fundadora sukhi

he quedado con ella en una cafetería que recién he descubierto en Barcelona, un espacio grande y tranquilo con grandes ventanales que proyectan un juego de luces y sombras en la pared creando una atmósfera cálida y acogedora, especialmente con la luz rojiza de media tarde.

llega 5 minutos después que yo y la gran belleza que irradia me parece exótica a la vez que discreta. es de Amsterdam aunque aparentemente no tiene ningún rasgo típicamente holandés. lleva el pelo recogido en un moño alto y desenfadado, que hace que sus bonitos pendientes marroquíes naranjas y verdes destaquen más, y su rostro transmite calidez y autenticidad.

con un castellano todavía poco ágil empieza a contarme que Sukhi surgió a raíz de un viaje que hicieron ella y Wouter, su marido, al Nepal en 2012. allí vieron por primera vez cómo se hacía una alfombra artesana a base de bolas de fieltro y el tiempo, paciencia y dedicación que ese proceso requería (cada bola de lana húmeda se pasa a mano por una superficie jabonosa, que después se introduce en agua fría y se enjuaga, para posteriormente secarla al sol y, una vez seca, empezar con el proceso de costura), les impactó. 

alfombras artesanas Sukhi

ese viaje les marcó y a su vuelta a Holanda empezaron a dar vueltas a la idea de poder poner en contacto a los artesanos que habían conocido con el resto del mundo. Nasia había estudiado diseño textil y decoración y tenía una marca textil propia; las alfombras formaban parte de su mundo y de sus pasiones. decidieron crear una página web muy sencilla que vendía un único modelo de alfombras.

los pedidos fueron llegando poco a poco y un año más tarde ambos decidieron dedicarse plenamente a Sukhi, que significa feliz en nepalí.

como los dos adoran descubrir mundo, empezaron a aprovechar sus viajes de placer para ir a destinos donde la tradición textil artesana es significativa y de calidad, y a contactar con artesanos en cada país que visitaban. así, Sukhi empezó a ofrecer también alfombras de Marruecos (las Beni Ouarain, que personalmente me encantan), de Turquía o de la India, además de las de Nepal, y a ampliar, de este modo, la diversidad de estilos (alfombras de lana, de fieltro, de bolas, de patchwork…). 

lo más importante para ellos desde que crearon la marca es esa transparencia y trato directo con el artesano, sin que haya empresas de por medio. para ellos se trata de poner a disposición del mundo a artesanos que hacen su trabajo con cariño, con mucha calidad y siguiendo técnicas tradicionales y antiguas. 

alfombras artesanas Sukhi

aunque tienen algunos modelos estándar en la página web, todos los pedidos son 100% personalizables puesto que, además, no tienen ningún stock, la alfombra empieza a elaborarse en el momento en que se hace el pedido. en un entorno social como en el que vivimos, en el que estamos acostumbrados a la inmediatez y a que todo es para ayer, este tiempo de espera me parece un valioso recordatorio de que todo tiene su proceso y de que los procesos requieren tiempo.

para los pedidos personalizados, es Nasia quién ayuda al cliente a elegir el color, la forma, el tamaño o el estilo que mejor encajará, si el cliente quiere, y es una de sus partes favoritas del trabajo, sobre todo cuando llega el resultado (la alfombra) y, con él, los mensajes de alegría y de agradecimiento por el apoyo facilitado.

tanto Nasia como Wouter creen firmemente en que todos podemos crear un mundo más igualitario y justo y ellos lo procuran, entre otras cosas, a través de Sukhi, empleando sobre todo a mujeres que pueden trabajar desde sus casas para poder atender el cuidado de sus hijos y pagándoles un sueldo que dobla o triplica el salario medio de las zonas donde viven, cosa que les permite pagar la escolarización de sus hijos o construirse una casa. a día de hoy dan empleo a casi 300 mujeres.

alfombras artesanas Sukhi

Nasia me cuenta que viajan por lo menos una vez al año a los diferentes países con los que trabajan, para poder hablar directamente con los artesanos y crear una relación más cercana con ellos. en su página web tienen algunos vídeos hechos en sus viajes que muestran el proceso de elaboración de las alfombras (el de Marruecos, el de las bolas de fieltro nepalís y el de las alfombras de lana de la India).

un detalle que me cuenta y que personalmente me emociona es que cada alfombra lleva el nombre escrito de la persona que la ha hecho en la etiqueta y que, a través de la web, clicando sobre su nombre, puedes ponerte en contacto con ella escribiéndole un mail o mandándole una foto de la alfombra en su nuevo hogar.       

aunque las dificultades existen, como en cualquier trabajo emprendedor, la gratificación de saber que están haciendo de altavoz de un trabajo artesanal único y tradicional y que, al hacerlo, mejoran sustancialmente la vida de familias enteras en diferentes países y comunidades puede con los problemas y quebraderos de cabeza que el proyecto pueda generar. 

alfombras artesanas Sukhi

cuando le pregunto a Nasia por un aprendizaje que haya extraído de estos años con Sukhi lo tiene bastante claro: "no tener miedo e intentar hacer lo que quieres. si caes, caes, pero muchas veces funciona." 

una vez más, adoro conocer proyectos así: queridos, cuidados, que apuestan por los procedimientos artesanales y por la tradición, por la sostenibilidad, por la calidad y que generan un impacto positivo en el mundo. y más cuando tengo la oportunidad de conocerlos personalmente, sentada en un café y escuchándolos hablar tranquilamente.


alfombras artesanas Sukhi



[el post está hecho en colaboración con Sukhi, un proyecto en el que creo al 100%]


{la autoría de las fotografías es de Sukhi (la 3ª y la 5ª), de Stilreich (la 2ª), de Hege in France (la 4ª y la 6ª) y mía (la 1ª)}

13 de marzo de 2018

sobre el feminismo & "cómo ser mujer" de Caitlin Moran (recomendación)


feminismo - cómo ser mujer

el jueves pasado paré. y por la tarde me manifesté. he de decir que personalmente tenía muchas dudas sobre la huelga, me gustaba más la idea de salir todas y todos a la calle desde cualquier punto del país pero, aún así, paré. como compartí en mi instagram, lo hice porque creo firmemente en la fuerza de la suma de los pequeños gestos y en la capacidad que tenemos las personas unidas de transformar la realidad.

creo que una condición imprescindible para el cambio, la primera, es ser consciente de la realidad. sin consciencia el cambio no es siquiera una opción. ojalá la huelga del jueves y las multitudinarias manifestaciones que hubo en el país y en muchas ciudades del mundo sirvieran para despertar consciencias y activar cambios. yo creo que sí. no sé si sirvieron para que gobiernos, parlamentos y empresas revisen decretos, legislaciones y protocolos pero, si sirvieron para que una vecina, un compañero de trabajo, una amiga o el carnicero del barrio pararan y se cuestionaran cosas, me vale. por supuesto no es suficiente pero siempre he creído que los grandes cambios forman parte de procesos largos y que la transformación es más efectiva y profunda en el uno a uno cuando, quien la motiva, es alguien cercano a nosotros y a quien le damos legitimidad porque, para cambiar de verdad, uno tiene que creer realmente que el cambio es necesario.

estas Navidades leí a Caitlin Moran por primera vez. y me encantó. es ácida, directa, aguda, ingeniosa y no tiene pelos en la lengua, dice lo que piensa y lo suelta tal como lo piensa. y esta honestidad un poco bruta y bastante infrecuente es de agradecer. su definición del feminismo es simple, clara y brillante: el feminismo es la convicción de que las mujeres deben ser tan libres como los hombres, por muy chifladas, estúpidas, crédulas, mal vestidas, gordas, menguantes, vagas y engreídas que sean (p. 104, del libro Cómo ser mujer).

no cree en el hecho de que las mujeres, por ser mujeres, tengan que ser amables con todo el mundo, o ser más comprensivas entre ellas. como ella dice, si una persona es imbécil, es imbécil, con independencia de que a ella y a mí, en conciertos y fiestas, nos toque esperar o no en la cola más larga para entrar al baño (p. 101, del libro Cómo ser mujer).

no está a favor de las mujeres ni de los hombres, es partidaria de los más de 7000 millones de personas que habitamos el mundo, y esto me gusta. yo, porque nunca me había molestado en ahondar más en el tema, muchas veces había entendido el feminismo como "a favor de las mujeres". y por supuesto que lo estoy, mucho, pero, qué pasa con los hombres? yo estoy a favor de las personas, independientemente de su género, de su origen, de su religión o de cualquier otra clasificación.

estoy a favor de la igualdad de oportunidades, de que todas las personas podamos ser libres, podamos ser quienes somos. y aquí las mujeres tenemos mucho más camino por recorrer. porque yo, como Moran, tampoco creo que el fundamento del machismo sea que los hombres están en contra de las mujeres. para mí es un tema de educación. y la mayoría de hombres que hoy en día gobiernan nuestros países y dirigen las grandes empresas han visto cómo sus madres eran tratadas como ciudadanas de segunda o cómo sus hermanas dejaban de trabajar en el momento en que encontraban marido (no por elección, si no porque era lo que se hacía, lo "normal"). estos hombres actúan en consecuencia con lo que han vivido, con lo que han visto y les han dicho; y lo que han vivido, visto y dicho es que hombres y mujeres no son iguales, no pueden sentir la igualdad internamente. por eso hay también tantísimas mujeres machistas.

lo bueno de esto para mí es que hay una solución y es una solución que empieza por uno mismo: por ser sinceras sobre quienes somos y por la educación.

decir en voz alta lo que piensas y lo que no te parece bien, también si estás con un grupo de amigos o de compañeros de trabajo y ves que (sin mala intención y de cachondeo, como muchas veces es el caso) están haciendo comentarios que no se harían a un hombre. no comprar zapatos de tacón altos porque es tendencia y porque a la modelo de la revista le quedan divinos si a ti te duelen y te hacen estar incómoda (he cometido este error más de 5 y 6 veces y solo a partir de los 28 entendí definitivamente que los tacones no eran para mí y que podía sentirme igual de guapa y especial en una boda llevando unas bailarinas). preguntarte es esto educado?, para identificar si se trata de un comportamiento machista y lo hacen también los hombres?, para reconocer las presiones que se ejercen sobre las mujeres simplemente por el hecho de serlo

hasta 1997 en Alemana era legal que un hombre pudiera violar a su mujer porque no se consideraba que tuviera identidad sexual propia. en Haití, hasta 2006. en Panamá, Kenia y Las Bahamas (entre otros), todavía lo es. esto nos choca y nos altera al 90% de la población mundial pero seguramente a la mayoría de nosotros no nos escandaliza (o no nos lo planteamos) que existan locales de striptease cuando, con el mismo ejemplo que pone Moran en su libro, si en lugar de un club de striptease, un hombre (blanco) abriera un negocio de limpieza que solamente contratara a limpiadores negros y estos se mostraran excesivamente intimidados con él, no tendríamos ninguna duda de que se trataría de un hombre racista.

en Cómo ser mujer, Caitlin Moran repasa los diferentes temas que atañen a las mujeres y cuestiona muchos de los comportamientos y actitudes ligados a ellos porque están teñidos de machismo. además de esa honestidad bruta que tiene, es cercana y amorosa, no va en contra de nadie ni el libro es una recopilación de insultos y quejas contra los hombres, al contrario. ella va "a favor de" y supongo que este es otro de los motivos por los que el libro me ha gustado y resonado conmigo; yo creo en sumar y aportar, no en crear más división y diferencia. simplificando mucho, es como si, con sus palabras, te quitara un velo finito y muchas veces imperceptible que tienes delante de los ojos, que la mayor parte del tiempo no te molesta pero que, al quitarlo, te das cuenta de que no estabas viendo bien. 

2 de marzo de 2018

momentos


algunos momentos de esta semana, capturados con la cámara

fachada madrid

detalle puerta madrid
ramo de rosas
balcones con plantas
plantas en casa



detalles que pasan desapercibidos
los primeros atisbos de primavera
balcones presumidos que alegran la vista al pasear
en casa antes de que empezaran las lluvias