Pages - Menu

29 de abril de 2016

de nuevos comienzos



de_nuevos_comienzos

parece que poco a poco voy encontrando de nuevo mi espacio. después de un fin de semana de muchísima limpieza, pusimos orden a nuestras cajas y a nuestras cosas y, aunque todavía queda mucho por hacer, la casa empieza a parecer eso, casa.

volver a cocinar, poder sentarme en el sofá a charlar un rato con él después de cenar, recuperar los 15minutos de lectura en la cama antes de apagar las luces, desayunar mientras leo alguno de mis blogs favoritos… estas rutinas me sosiegan y me dan estabilidad, son mi zona de confort. me gusta mucho nuestro nuevo hogar; es un piso antiguo, muy antiguo, con techos altos y suelos irregulares, puertas que no cierran bien y habitaciones que no tienen sentido, pero en eso reside gran parte de su encanto; en eso y en la luz que entra en el salón y en nuestra habitación/despacho. no todo es maravilloso, por eso, nunca lo es; en los 15 días que llevamos aquí hemos podido ver y comprobar las joyitas que esconden los pisos antiguos y el lampista y yo nos estamos viendo prácticamente a diario pero, aún así, me gusta mucho.

adoro la zona donde estamos. adoro descubrir restaurantes veganos y vegetarianos, heladerías con polos con sabor a limón y semillas de chia; adoro tener 3 supermercados ecológicos a menos de 10 minutos andando, una panadería de barrio con panes de todo tipo, una plaza que llena todas sus terrazas cada vez que sale el sol, una tienda de productos de cosmética ecológicos, un centro de yoga y baile a tiro de piedra y un restaurante napolitano de pura cepa donde ya nos conocen (gracias a mis intolerancias) con una bufanda colgada en la entrada que reza la mia mamma mi ha fatto bello, sano e napolitano… adoro todo esto.

y al mismo tiempo que disfruto descubriendo el barrio y familiarizándome con sus rincones, hay una especie de angustia interior que me acompaña a diario, un ronroneo incesante. hay algo en mí que ya no es igual, cosas que ya no encajan (rutinas, actividades, aficiones…); lo que antes valía no necesariamente vale ahora también. en muchos momentos me siento como en una especie de limbo: lo de antes ya no sirve pero todavía no sé lo que quiero, lo que necesito. el ying y el yang, el equilibrio, encontrar tu lugar… es una sensación familiar: es el cambio, el cambio que nos hace avanzar. y, como siempre, todo pasa: las emociones se calmarán y, como por arte de magia, todo se irá colocando en su nuevo lugar. respetar los tiempos de los procesos, en esas estamos siempre. 

aprovechar las sacudidas que te da la vida para conocerte mejor y así poder ser más feliz y, mientras dure el zarandeo, disfrutar de lo que hay, que es mucho y bonito.

muy buen fin de semana :)


pd. la felicidad es… & cambio de etapa


22 de abril de 2016

estoy aprendiendo… pensamientos desde el tren


fotografía de Iñaki Soria

2016 no está siendo el año de la constancia en el blog. tantos cambios, tantas cosas esperadas y no esperadas que requieren energía que, no solo me cuesta encontrar un rato de calma para sentarme a escribir, sino también encontrar las palabras en mi cabeza que, con tanto caos, se amontonan desordenadas creando un batiburrillo de pensamientos que pocas veces tienen sentido.

lo cierto es que lo echo de menos; echo de menos mis ratos sentada delante del ordenador para escribir. de hecho, echo de menos tener un escritorio donde escribir. y el orden, también lo echo de menos; y el saber dónde están las cosas; y el poder tener una rutina más o menos establecida; echo de menos las clases de baile y el yoga y el desayunar tranquila mientras leo blogs. pero de momento no toca esto; ahora toca terminar con la mudanza y, poco a poco, construir nuevamente “casa” en otra ciudad. y toca también viajar a menudo a Barcelona para visitas médicas y pruebas y tratamientos, por lo menos durante los próximos meses, aunque esto me angustie un poco por esa sensación de que no estoy ni aquí ni allí, de que no puedo acabar de asentarme. y también toca afrontar otras situaciones porque, como a estas alturas de la película ya he comprobado en innumerables ocasiones, no elegimos lo que nos ocurre, sino cómo lo vivimos.

y yo estoy justamente en estas, en trabajar el cómo lo vivo, porque creo que, en mitad de todo este caos y desorden y de frentes abiertos, por fin estoy aprendiendo; estoy aprendiendo, no sin muchos tropiezos, que la única manera de estar bien es la de fluir con los acontecimientos; que no sirve de mucho emperrarse en que las cosas sean de una manera porque después serán como tengan que ser; que enfadarse y patalear solo sirve para retrasar lo inevitable, que es aceptar (aunque, qué bien sienta de vez en cuando una buena pataleta); que, cuando aceptas, la perspectiva cambia y ya no parece que la vida esté empeñada en fastidiarte y puedes empezar a disfrutar de lo que hay; que está bien marcarse unos objetivos para que te ayuden a determinar la dirección, pero que estos no sean rígidos e inamovibles porque entonces se convierten en una limitación.

y estoy aprendiendo también a aceptar que no puedo estar en todo y que tengo que priorizar; aprendiendo a respetar que para mí es importante estar al 100% en algo y que, para poder estarlo, tengo que no estar en muchas otras cosas; aprendiendo a aceptar que renuncio a mucho pero que gano mucho más. estoy aprendiendo a dejar de querer controlar, a no planificar muy allá, a estar donde tengo que estar y a intentar disfrutar de lo que ofrece el camino. estoy aprendiendo a entender que todo puede esperar, a escucharme y a hacer a cada momento lo que necesito porque esto es lo que me permite seguir adelante.

2016 está siendo un año muy intenso y agotador en muchos sentidos pero también de mucho aprendizaje y crecimiento personal y, en esta línea de aceptar lo que hay y disfrutarlo, me siento agradecida por ello (aunque, no nos engañemos, estoy deseando un poquito de calma y tranquilidad :p). qué bien sienta volver por aquí, feliz viernes! :)


{fotografía de Iñaki Soria}